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domingo, 23 de julio de 2017

Rosario en honor a la Sangre de Cristo

Grupos de Oración del Santo Padre Pio
Rosario en honor a la Sangre de Cristo
(con textos originales de Padre Pio)

Enunciamos las Acciones de gracias e Intenciones

+Señal de la cruz

Pésame

PRIMER MISTERIO:

Es únicamente en virtud de tal nombre que nosotros podemos esperar la salvación, tal como los apóstoles lo declararon ante los judíos: «No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros lleguemos a salvarnos».
El Padre eterno quiso someterle a él todas las criaturas: «Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos».
Según el apóstol, y así es, Jesús es adorado en el cielo: a este nombre divino, los bienaventurados del cielo, impulsados por gratitud y amor, no cesan de repetir lo que el evangelista Juan vio en una de sus visiones: «Cantan – dice él – un cántico nuevo diciendo: Eres digno, oh Señor, de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y nos compraste para Dios con tu sangre».
Este nombre santísimo es venerado en la tierra, porque todas las gracias que pedimos en el nombre de Jesús, son plenamente concedidas por el Padre eterno: «Y todo lo que pidáis – nos dice el Maestro divino – en mi nombre al Padre, él lo hará».
Este nombre divino es venerado, quién lo podría creer, también en el infierno: porque ese nombre es el terror de los demonios, que por él se encuentran vencidos y abatidos: «En mi nombre expulsarán los demonios».
 (4 de noviembre de 1914, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 217)

Padre Nuestro, 10 Avemarias  y Gloria

Ave Marìa purìsima Sin pecado concebida
Santo Padre Pio                         Ruega por nosotros

 SEGUNDO MISTERIO

Lo que más me lastima, padre mío, es el pensamiento de Jesús sacramentado. El corazón, antes de unirse a él por la mañana en el sacramento, se siente como atraído por una fuerza superior. Tengo tal hambre y tal sed antes de recibirlo que poco falta para que me muera de inquietud. Y precisamente porque no puedo menos de unirme a él, a veces, con fiebre, me siento obligado a ir a alimentarme de su cuerpo y de su sangre.
Y esta hambre y esta sed, en vez de quedar apagados después de haberlo recibido en el sacramento, aumentan cada vez más. Y cuando ya tengo en mí este sumo bien, entonces sí que la plenitud de la dulzura es de verdad tan grande que poco falta para no decirle a Jesús: basta, que casi ya no puedo más. Casi me olvido de que estoy en el mundo; la mente y el corazón no desean nada más; y, con frecuencia y por mucho tiempo, también de forma voluntaria, no puedo desear otras cosas.
Pero, a veces, al amor de dulzura viene a unirse también el de estar oprimido de tal modo por el dolor de mis pecados que me parece que voy a morir de pena. También aquí el demonio busca con frecuencia amargarme el corazón con los acostumbrados pensamientos que tanto hacen sufrir.
(29 de marzo de 1911, al P. Benedicto de San Marco in Lamis – Ep. I, p. 216)

Padre Nuestro, 10 Avemarias  y Gloria

Ave Marìa purìsima Sin pecado concebida
Santo Padre Pio                         Ruega por nosotros

TERCER MISTERIO

Medita el fiat de Jesús en el huerto; ¡cuánto le habría pesado para hacerle sudar y sudar sangre! Pronuncia tú también este fiat, tanto en las cosas prósperas como en las adversas; y no te inquietes ni te rompas la cabeza pensando en cómo lo pronuncias. Se sabe que en las cuestiones difíciles la naturaleza huye de la cruz, pero no por eso se puede decir que el alma no se ha sometido a la voluntad de Dios, cuando la vemos, a pesar de la fuerza que siente en contra, ponerla en práctica.
¿Quieres tener una prueba concreta de cómo la voluntad pronuncia su fiat? La virtud se conoce por su contrario. Puesta por el Señor en una prueba, sea ésta difícil o sencilla, dime: ¿te sientes movida a rebelarte contra Dios? O, mejor, pongamos como ejemplo lo imposible: intentas rebelarte. O, dime, ¿no te horrorizas ante el simple hecho de oír estas frases blasfemas? Pues bien, entre el sí y el no, no existe, no puede darse, nada intermedio.
Si tu voluntad huye de la rebelión, ten por seguro que está sometida, tácita o expresamente, a la voluntad de Dios, y, en consecuencia, también ella pronuncia a su modo su fiat.
(30 de enero de 1915, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 321

Padre Nuestro, 10 Avemarias  y Gloria

Ave Marìa purìsima Sin pecado concebida
Santo Padre Pio                         Ruega por nosotros

CUARTO MISTERIO

De ordinario, tu meditación gire sobre todo en torno a la vida, pasión y muerte, y también a la resurrección y ascensión de nuestro Señor Jesucristo. Podrías también meditar en su nacimiento, su huída y permanencia en Egipto, su regreso y su vida escondida en el taller de Nazaret hasta los treinta años, su humildad al hacerse bautizar por su precursor san Juan; podrías meditar en su vida pública, su dolorosísima pasión y muerte, la institución del santísimo sacramento, precisamente en aquella noche en que los hombres le estaban preparando los más atroces tormentos; podrías meditar del mismo modo en Jesús que ora en el huerto y que sudó sangre a la vista de los tormentos que le preparaban los hombres y de las ingratitudes de los hombres que no se habrían aprovechado de sus méritos; medita también en Jesús apresado y conducido a los tribunales, flagelado y coronado de espinas, en su camino por la cuesta del Calvario cargado con la cruz, en su crucifixión y, por fin, en su muerte en la cruz, entre un mar de angustias, a la vista de su afligidísima Madre.
 (8 de marzo de 1915, a Anita Rodote – Ep. III, p. 61)

Padre Nuestro, 10 Avemarias  y Gloria

Ave Marìa purìsima Sin pecado concebida
Santo Padre Pio                         Ruega por nosotros

QUINTO MISTERIO

Era la mañana del 20 del pasado mes de septiembre, estando en el coro después de la celebración de la santa misa, cuando me sentí invadido por un reposo semejante a un dulce sueño. Todos los sentidos, internos y externos, y las mismas facultades del alma, se encontraron en una quietud indescriptible. En todo esto reinaba un total silencio en torno a mí y dentro de mí; estando así, de pronto se hizo presente una gran paz y abandono a la completa privación de todo, aceptando la propia destrucción. Todo esto fue instantáneo, como un relámpago.
Y mientras acaecía todo esto, me vi delante de un misterioso personaje, semejante a aquél visto la tarde del 5 de agosto, con la sola diferencia de que en éste las manos y los pies y el costado manaban sangre.
Su vista me aterrorizó; lo que yo sentía en mí en aquel instante, me resulta imposible decírselo. Me sentía morir, y habría muerto si el Señor no hubiera intervenido para sostener el corazón, que yo sentía que se me escapaba del pecho.
Se retira la vista del personaje y yo me vi con que manos, pies y costado estaban atravesados y manaban sangre. Imagine el desgarro que experimenté entonces y que voy experimentando continuamente casi todos los días.
La herida del corazón mana sangre continuamente, sobre todo del jueves por la tarde hasta el sábado. Padre mío, yo muero de dolor por el desgarramiento y la confusión subsiguiente que sufro en lo íntimo del alma. Temo morir desangrado, si el Señor no escucha los gemidos de mi corazón y no retira de mí esta operación. ¿Me concederá esta gracia Jesús, que es tan bueno?
¿Me quitará, al menos, esta confusión que yo experimento por estos signos externos? Alzaré fuerte mi voz a él y no cesaré de conjurarle, para que por su misericordia retire de mí, no el desgarro, no el dolor, porque lo veo imposible y siento que él me quiere embriagar de dolor, sino estos signos externos, que son para mí de una confusión y de una humillación indescriptible e insostenible.
 (22 de octubre de 1918, al P. Benedicto de San Marco in Lamis – Ep. I, p. 1092)

Padre Nuestro, 10 Avemarias  y Gloria

Ave Marìa purìsima Sin pecado concebida
Santo Padre Pio                         Ruega por nosotros


Rezamos por la intención del Papa Francisco para este mes...

Salve, 3 avemarías,  Gloria

Oración a san Miguel Arcángel pidiendo la protección de los grupos de oración de Padre Pio: sus sacerdotes guía , sus integrantes y equipos laicos.

Letanías a la Preciosísima Sangre de Cristo

-Señor,                                                 ten piedad de nosotros.
-Cristo,                                                ten piedad de nosotros.
-Señor,                                                 ten piedad de nosotros.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.
-Dios Padre celestial,                          ten piedad de nosotros.
-Dios Hijo, Redentor del mundo,
-Dios Espíritu Santo,
-Santísima Trinidad, un solo Dios,

-Sangre de Cristo, el unigénito del Padre Eterno,                                      Sálvanos
-Sangre de Cristo, Verbo de Dios encarnado,
-Sangre de Cristo, del testamento nuevo y eterno,.
-Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra en la agonía,
-Sangre de Cristo, vertida copiosamente en la flagelación,
-Sangre de Cristo, brotada en la coronación de espinas,
-Sangre de Cristo, derramada en la cruz,
-Sangre de Cristo, prenda de nuestra salvación,
-Sangre de Cristo, necesaria para el perdón,
-Sangre de Cristo, bebida eucarística y refrigerio de las almas,
-Sangre de Cristo, manantial de misericordia,
- Sangre de Cristo, vencedora de los espíritus malignos,
-Sangre de Cristo, que das valor a los mártires,
-Sangre de Cristo, fortaleza de los confesores,
-Sangre de Cristo, inspiración de las vírgenes,
-Sangre de Cristo, socorro en el peligro,
-Sangre de Cristo, alivio de los afligidos,
-Sangre de Cristo, solaz en las penas,
-Sangre de Cristo, esperanza del penitente,
-Sangre de Cristo, consuelo del moribundo,
-Sangre de Cristo, paz y ternura para los corazones,
-Sangre de Cristo, promesa de vida eterna,
-Sangre de Cristo, que libras a las almas del purgatorio,
-Sangre de Cristo, acreedora de todo honor y gloria,

-Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos Señor
-Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor
-Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros

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