1. Vivir intensamente la vida de la divina gracia.
2. Testimoniar la propia fe con las palabras y las obras, viviendo una auténtica vida cristiana.
3. Desear permanecer bajo la protección de San Pío de Pietrelcina y querer participar los frutos de las oraciones y de las obras del Santo.
4. Imitar al venerado Padre en su virtud, en particular en su amor por Jesús Crucificado, por la Santísima Eucaristía, por la Virgen, por el Papa y por toda la Iglesia.
5. Rezar el Santo Rosario todos los días, según el ejemplo del Santo.
6. Participar en la Santa Misa todos los domingos y fiestas de guardar.
7. Estar animado por un espíritu de santa caridad hacia todos los hermanos.
posted by Marcela González on Hijos Espirituales