15. Jesús y tu alma deben
cultivar juntos la viña. A ti te toca el trabajo de quitar y transportar
piedras, arrancar espinas... A Jesús, el de sembrar, plantar, cultivar, regar.
Pero también en tu trabajo está la acción de Jesús. Sin él no puedes hacer nada
(CE, 54).
16. No estamos obligados a no
hacer el bien, para evitar el escándalo farisaico (CE, 37).
17. Recuérdalo: Está más cerca
de Dios el malhechor que se avergüenza de haber actuado mal, que el hombre
honesto que se avergüenza de hacer el bien (CE, 16).
18. El tiempo gastado por la
gloria de Dios y por la salvación del alma, nunca es tiempo mal empleado (CE, 9).
19. Sí, bendigo de corazón la
obra de dar catequesis a los niños, que son las florecillas predilectas de
Jesús. Bendigo también el celo por las obras misioneras (Epist.III, p.457).
20. Todos estamos llamados por
el Señor a salvar almas y a preparar su gloria. El alma puede y debe propagar
la gloria de Dios y trabajar por la salvación de los hombres, llevando una vida
cristiana, pidiendo incesantemente al Señor que "venga su reino y que no
nos deje caer en tentación y nos libre del mal". Esto es lo que debe hacer
también usted misma ofreciéndose del todo y continuamente al Señor con este
fin. (Epist.II, p.70).
21. Levántate, pues, Señor, y
confirma en tu gracia a aquellos que me has confiado y no permitas que se
pierda ninguno, desertando del rebaño.
¡Oh Dios, oh Dios!... no permitas que se pierda tu heredad (Epist.III, p.1009).
(Tomado de BUONA GIORNATA de Padre Pio da
Pietrelcina)
Traducción del
italiano: Elías Cabodevilla Garde