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domingo, 18 de agosto de 2013

Agosto: días 18 al 24.


18.  Si permanecer en pie dependiese de nosotros, con seguridad que al primer soplo caeríamos en manos de los enemigos de nuestra salvación. Confiemos siempre en la conmiseración divina y experimentaremos cada vez más qué bueno es el Señor (Epist.IV, p.193).

19.  Antes que nada, debes humillarte ante Dios más bien que hundirte en el desánimo, si él te reserva los sufrimientos de su Hijo y quiere hacerte experimentar tu propia debilidad; debes dirigirle la oración de la resignación y de la esperanza si es que caes por debilidad, y debes agradecerle tantos beneficios con que te va enriqueciendo (T, 54).

20.  ¿Qué es lo que puedo hacer yo? Todo viene de Dios. Yo sólo soy rico en una cosa, en una infinita indigencia (T, 119).

21.  Si Dios nos quitase todo lo que nos ha dado, nos quedaríamos con nuestros harapos (ER, 17).
      
22.  ¡Cuánta malicia hay en mí!...
- Manténte en este convencimiento; humíllate pero no pierdas la paz (AP).

23.  Estáte atenta para no caer nunca en el desánimo al verte rodeada de flaquezas espirituales. Si Dios te deja caer en alguna debilidad, no es para abandonarte sino únicamente para afianzarte en la humildad y hacerte más precavida de cara al futuro (FM, 168).

24.  El mundo no nos aprecia porque seamos hijos de Dios; consolémonos porque, al menos por una vez, reconoce la verdad y no miente (ASN, 44).
(Tomado de BUONA GIORNATA de Padre Pio da Pietrelcina)
Traducción del italiano: Elías Cabodevilla Garde

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