El
Padre Pío de Pietrelcina, al ser destinado a la fraternidad capuchina de San
Giovanni Rotondo (Foggia – Italia) en septiembre de 1916, recibió el encargo de
Director espiritual del Seminario que los Capuchinos tenían en aquella población
del centro-sur de Italia. Se le confiaba la atención espiritual de unos 30
muchachos, de 12 a 16 años, que eran educados con la esperanza de que, si confirmaban
que ésa era su vocación, abrazarían, tras el año del noviciado, la vida religiosa
capuchina. Esta encomienda de Director espiritual suponía la formación
religiosa de los “fratini”, sobre todo por medio de conferencias sobre los
elementos de la vida cristiana, y la atención personal de cada uno de ellos,
especialmente en el Sacramento de la confesión.
Cuando
este Seminario se trasladó a otro lugar, los jóvenes que se dirigían al
convento de Morcone para frecuentar allí el año del noviciado casi siempre pasaban
antes por San Giovanni Rotondo para conocer al Padre Pío y recibir sus
consejos, su palabra de ánimo y su bendición. Hoy muchos de los religiosos de
la Provincia capuchina de Foggia llevan con orgullo, en su tarjeta de visita,
la fotografía que, en esa ocasión de visitar al Fraile de los estigmas, se
sacaron con el Padre Pío.
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¿Qué hace hoy el Padre Pío? La Provincia capuchina de
Colombia tiene el Postulantado en la ciudad de Pasto. Es la etapa inicial de la
formación para capuchino; a la que sigue el Noviciado, que está ubicado en la
pequeña población de Tabio, en la Provincia de Bogotá. De los siete muchachos
del Postulantado, algunos han llegado a los Capuchinos, no porque los conocieran,
sino porque conocían la vida y la santidad del Padre Pío, se veían atraídos por
él y querían vivir su vida cristiana en la misma Orden religiosa en la que la
vivió el Capuchino de Pietrelcina.
No sólo eso. En el Postulantado de Pasto, el Padre Pío
está muy presente, como modelo y como maestro en el seguimiento de Cristo, sobre
todo en las enseñanzas que imparten los formadores. Al parecer, el Padre Pío ha querido
animarles a seguir el camino iniciado, sobre todo con el ejemplo de su fidelidad
plena a la vocación franciscano-capuchina. En esta semana que termina mañana los
7 jóvenes han dedicado tres días a profundizar en esa espiritualidad del Fraile
capuchino. Y sé que, si el Padre Pío pedía oraciones para lograr ser «un hijo
menos indigno de San Francisco de Asís y servir de modelo a sus hermanos»,
ellos han pedido al Padre Pío su intercesión poderosa ante el Señor para
alcanzar esas mismas metas. En la fotografía los siete muchachos del Postulantado
de Capuchinos de Pasto con sus formadores, los hermanos Miguel Ángel Hernández
y Carlos Iván Berrio. En la fotografía está también el que esto escribe, que ha
tenido la suerte y la gracia de poder ofrecerles, aunque pobremente, lo vivido
por el Padre Pío hasta hace ahora 45 años, pues murió el 23 de septiembre de
1968.
Elías Cabodevilla Garde