5. María sea la razón única de tu existencia y te guíe al puerto
seguro de la salvación eterna. Sea para ti dulce modelo e inspiradora en la
virtud de la santa humildad.
6. Si Jesús se manifiesta, agradecédselo; y si se oculta, agradecédselo
también; todo es broma de amor.
La Virgen clemente y piadosa continúe alcanzándoos de la inefable
bondad del Señor la fuerza para sobrellevar hasta el final tantas pruebas de
amor como os concede. Yo os deseo que lleguéis a morir con Jesús en la cruz y
que podáis exclamar en él dulcemente: "Se ha cumplido".
7. Oh María, madre dulcísima de los sacerdotes, mediadora y
dispensadora de todas las gracias: desde lo íntimo de mi corazón te ruego y te
suplico encarecidamente que hoy, mañana y siempre des gracias a Jesús, el fruto
bendito de tu vientre.
8. La humanidad quiere su parte. También María, la Madre de Jesús,
sabía que, por medio de la muerte de su Hijo, se realizaba la redención del
género humano, y sin embargo también ella ha llorado y sufrido; y ¡cuánto ha
sufrido!
9. María convierta en gozo todos los dolores de tu vida.
10. No os entreguéis tan intensamente a la actividad de Marta que
olvidéis el silencio y el abandono de María. La Virgen, que concilia tan
perfectamente ambas cosas, os sirva de dulce modelo y de inspiración.
11. María hermosee y perfume continuamente tu alma con nuevas virtudes
y te proteja con su amor maternal. Mantente cada vez más unida a la Madre del
cielo, porque ella es el mar a través del cual se alcanzan las playas de los
esplendores eternos en el reino de la aurora.
(Tomado de BUONA
GIORNATA de Padre Pio da Pietrelcina)
Traducción del italiano: Elías Cabodevilla Garde