12. Trae a tu memoria lo que sucedía en el corazón de nuestra Madre
del cielo al pie de la cruz. Es tan intenso su dolor que permanece impertérrita
ante su Hijo crucificado, pero no puedes decir que haya sido abandonada. Al
contrario, ¿cuándo la amó más y mejor que cuando sufría y ni siquiera le era
posible llorar?
13. No te alejes del altar sin derramar lágrimas de dolor y de amor
por Jesús, crucificado por tu eterna salvación. La Virgen Dolorosa te
acompañará y te servirá de dulce inspiración.
14. Hijo, tú no sabes qué produce la obediencia. Mira: por un sí, por
un solo sí, fiat secundum verbum tuum,
por hacer la voluntad de Dios, María llega a ser Madre del Altísimo,
confesándose su esclava, pero conservando la virginidad que tan grata era a
Dios y a ella.
Por aquel sí pronunciado por María Santísima, el mundo obtuvo la
salvación, la humanidad fue redimida. Hagamos también nosotros siempre la
voluntad de Dios y digamos también siempre sí al Señor.
15. Correspondamos también nosotros, que hemos sido regenerados en el
santo bautismo, a la gracia de nuestra vocación a imitación de la Inmaculada,
Madre nuestra. Apliquémonos incesantemente al estudio de Dios para conocerlo,
servirlo y amarlo cada vez mejor.
16. Madre mía, infunde en mí aquel amor que ardía en tu corazón por
él; en mí, que, cubierto de miserias, admiro en ti el misterio de tu inmaculada
concepción y que ardientemente deseo que, por ese misterio, purifiques mi
corazón para amar a mi Dios y a tu Dios, mi mente para elevarme hasta él y contemplarlo, adorarlo y servirlo en
espíritu y verdad, el cuerpo para que sea su tabernáculo menos indigno de
poseerlo cuando se digne venir a mí en la santa comunión.
17. Padre, hoy es la Dolorosa. Dígame una palabra. Respuesta: La Virgen Dolorosa nos quiere
bien, nos ha dado a luz en el dolor y en el amor. No se aparte jamás de tu
mente la Dolorosa y sus dolores queden grabados en tu corazón; y lo encienda de
amor a ella y a su Hijo.
18. El alma bienaventurada de María, como paloma a la que se libera de
los lazos, se separó de su santo cuerpo y voló al seno de su Amado.
(Tomado de BUONA
GIORNATA de Padre Pio da Pietrelcina)
Traducción del
italiano: Elías Cabodevilla Garde