El
Padre Pío de Pietrelcina dijo que quería «ser
solamente un pobre fraile que ora». Y de tal forma hizo realidad este deseo
que Pablo VI pudo llamarle «hombre de
oración». Fueron muchas las horas que dedicó a la oración; y su oración fue,
sin duda, lo que expresó en estas palabras: «el desahogo de nuestro corazón en el de Dios».
Sabemos
que el ser humano lo que vive con autenticidad y pasión lo transmite a otros. Y
el Padre Pío, no sólo invitó a la oración insistente y fundó los Grupos de
Oración que llevan su nombre, presentes hoy en todo el mundo, sino que, además,
enseñó a orar, al igual que Jesús lo enseñó a sus discípulos (Lc 11, 1ss).
El
librito “Buenos días (Un pensamiento para cada día del año)”, en el mes
de febrero, recoge y propone algunas de las enseñanzas del Padre Pío sobre la
oración. Cito aquí algunas: «Cuando nos
ponemos a orar a Dios, busquemos desahogar todo nuestro espíritu. Nuestras
súplicas le cautivan de tal modo que no puede menos de venir en nuestra ayuda»;
«Ora y espera; no te inquietes. La
inquietud no conduce a nada. Dios es misericordioso y escuchará tu oración»;
«Si puedes hablar al Señor en la oración,
háblale, ofrécele tu alabanza; si no puedes hablar por ser inculta, no te
disgustes en los caminos del Señor; detente en la habitación como los
servidores en la corte, y hazle reverencia. El te verá, le gustará tu
presencia, favorecerá tu silencio y en otro momento encontrarás consuelo cuando
él te tome de la mano»; «Todas las
oraciones son buenas, siempre que vayan acompañadas por la recta intención y la
buena voluntad»…
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La
editorial LIBROSLIBRES acaba de publicar el libro “PADRE PÍO – ORAR”, fruto de
un trabajo muy laborioso y muy bien hecho de José María Zavala. La Editorial ya
nos había ofrecido, en octubre del 2010, el valioso libro de José María Zavala
“Padre Pío. Los milagros desconocidos del
santo de los estigmas”, que, en poco más de dos años, ha alcanzado la octava
edición y ha sido traducido al italiano y al portugués.
En
“PADRE PÍO – ORAR” es el mismo Padre Pío quien, a lo largo de 181 páginas, nos sigue
enseñando a orar. Pues el trabajo de José María Zavala ha consistido, en un
primer memento, en la selección de textos en los que el Padre Pío habla de la
oración y ofrece óptimos alimentos para esa forma de orar que llamamos
meditación. Además, nos ofrece esos textos agrupados en torno a los elementos
más importantes de la vida cristiana. En el Índice del libro éstos son los
títulos: PERLAS PARA EL ALMA. CONFIANZA EN DIOS. ORACIÓN. AMOR A DIOS. ESPÍRITU
SANTO. TENTACIONES. CONFESIÓN. HUMILDAD. EUCARISTÍA. SUFRIMIENTO. CARIDAD.
APOSTOLADO. MARÍA. ÁNGEL CUSTODIO. ALEGRÍA. DIRECCIÓN ESPIRITUAL. OTRAS PERLAS.
La
conocida frase del Padre Pío: «Con el
estudio de los libros se busca a Dios, con la meditación se le encuentra»,
permite establecer una complementariedad muy rica entre los dos libros de José
María Zavala. El primero, al recoger las obras que el Señor realizó y sigue
realizando por medio del Padre Pío, ha ayudado y está ayudando a muchos a buscar
a Dios. Al segundo, que ofrece, con palabras textuales del Padre Pío, óptimos
alimentos para la meditación, le deseo que ayude a muchos a encontrar
a Dios.
Elías
Cabodevilla Garde