24. Ama siempre el sufrimiento, que, además de ser la obra de la
sabiduría divina, nos revela con mayor claridad aún la obra de su amor.
25. Dejad que la naturaleza se queje ante el sufrimiento, porque, si
excluimos el pecado, no hay nada más natural. Vuestra voluntad, con la ayuda
divina, será siempre superior y, si no abandonáis la oración, el amor divino
jamás dejará de actuar en vuestro espíritu.
26. La vida es un Calvario; pero conviene subirlo alegremente. Las
cruces son los collares del Esposo y yo estoy celoso de ellos. Mis sufrimientos
son agradables. Sufro solamente cuando no sufro.
27. El Dios de los cristianos es el Dios de las transformaciones.
Echáis en su seno el dolor y sacáis la paz; echáis desesperación y veréis
surgir la esperanza.
28. Los ángeles sólo nos tienen envidia por una cosa: ellos no pueden
sufrir por Dios. Sólo el sufrimiento nos permite decir con toda seguridad: Dios
mío, mirad cómo os amo.
29. El sufrimiento de los males físicos y morales es la ofrenda más
digna que puedes hacer a aquel que nos ha salvado sufriendo.
30. Gozo inmensamente al saber que el Señor es siempre generoso en sus
caricias a tu alma. Sé que sufres, pero el sufrimiento ¿no es la prueba cierta
de que Dios te ama? Sé que sufres, pero ¿no es este sufrimiento el distintivo
de toda alma que ha elegido por su porción y su heredad a Dios, y a un Dios
crucificado? Sé que tu alma está siempre envuelta en las tinieblas de la
prueba, pero que te baste saber, mi querida hija, que Jesús está contigo y en
ti.
(Tomado de BUONA GIORNATA de Padre Pio da Pietrelcina)
Traducción del
italiano: Elías Cabodevilla Garde
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