10. Las oraciones, que tú me pides, no te faltan nunca, porque no
puedo olvidarme de ti que me cuestas tantos sacrificios. Te he dado a luz a la
vida de Dios con el dolor más intenso del corazón. Estoy seguro de que en tus
plegarias no te olvidarás del que lleva la cruz por todos.
11. El mejor consuelo es el que viene de la oración.
12. Salvar
las almas orando siempre.
13. La oración debe ser insistente, ya que la insistencia pone de
manifiesto la fe.
14. Las oraciones de los santos en el cielo y las de los justos en la
tierra son perfume que no se perderá jamás.
15. Yo no me cansaré de orar a
Jesús. Es verdad que mis oraciones son más dignas de castigo que de premio,
porque he disgustado demasiado a Jesús con mis incontables pecados; pero, al
final, Jesús se apiadará de mí.
16. Todas las oraciones son buenas, siempre que vayan acompañadas por
la recta intención y la buena voluntad.
(Tomado de BUONA
GIORNATA de Padre Pio da Pietrelcina)
Traducción del
italiano: Elías Cabodevilla Garde